Sólo cabe una palabra -INDIGNACIÓN- para describir lo que la familia y la práctica de mortales sentimos una vez conocida la sentencia de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Sevilla, en la que se condena, al confeso, Miguel Carcaño, asesino -ya sí podemos decirlo sin el presunto- a una pena de 20 años, dejando con libertad sin cargos a su hermano, Francisco Javier Delgado, su novia, -ojo-, María García y a Samuel Benitez. Como es conocido, el fiscal pedía 52 años de cárcel para Carcaño, y penas de entre 5 y 8 años para sus tres supuestos cómplices.
No voy a entrar en las indemnizaciones económicas impuesta a Carcaño, porque es de risas, ya que es insolvente.
Tampoco, voy a entrar en el gasto de más de 600.000 euros (100 millones de pesetas) que ha costado a los contribuyentes la búsqueda del cuerpo de Marta, por el CACHONDEO que estos niñatos han tenido con la Policía y los jueces.
Para que sepan todos, el señorito Carcaño, estará el libertad, dentro de, aproximadamente, 7 años a lo más. Y del resto, ahí está la sentencia, libres.
A los que han seguido algo el caso, nos puede crear un verdadero sentimiento de indignación. O la justicia, tal como se encuentra en la actualidad, da un giro en su capacidad de interpretación, o los políticos se sientan y de una puñetera vez hacen algo bien, para cambiar todas las leyes que hagan falta.
Para muchos, ya no valen los argumentos comprensivos, benévolos y santeros. Queremos justicia y que ésta sea contundente y eficaz. El que la haga que la pague, no en su gusta medida, sino con creces y así se manda un mensaje a los que pudiesen venir en el futuro.
España, en muchos sentidos es un País bananero, y la justicia está metida en el fango hasta las cejas. Los jueces y fiscales, en gran parte, están politizados. La Policía, igual, con mandos que son del partido, de uno u otro. ¿Quién se salva de esta porquería?
No voy a entrar en las indemnizaciones económicas impuesta a Carcaño, porque es de risas, ya que es insolvente.
Tampoco, voy a entrar en el gasto de más de 600.000 euros (100 millones de pesetas) que ha costado a los contribuyentes la búsqueda del cuerpo de Marta, por el CACHONDEO que estos niñatos han tenido con la Policía y los jueces.
Para que sepan todos, el señorito Carcaño, estará el libertad, dentro de, aproximadamente, 7 años a lo más. Y del resto, ahí está la sentencia, libres.
A los que han seguido algo el caso, nos puede crear un verdadero sentimiento de indignación. O la justicia, tal como se encuentra en la actualidad, da un giro en su capacidad de interpretación, o los políticos se sientan y de una puñetera vez hacen algo bien, para cambiar todas las leyes que hagan falta.
Para muchos, ya no valen los argumentos comprensivos, benévolos y santeros. Queremos justicia y que ésta sea contundente y eficaz. El que la haga que la pague, no en su gusta medida, sino con creces y así se manda un mensaje a los que pudiesen venir en el futuro.
España, en muchos sentidos es un País bananero, y la justicia está metida en el fango hasta las cejas. Los jueces y fiscales, en gran parte, están politizados. La Policía, igual, con mandos que son del partido, de uno u otro. ¿Quién se salva de esta porquería?